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¿Sabes lo que les están enseñando?


Te invitamos a participar de la Red de Padres y a enterarte de lo que hay detrás de La Propuesta Educativa sobre la Sexualidad. Es nuestra responsabilidad como padres y madres saber más sobre este tema que tanto puede afectar el desarrollo afectivo sexual de nuestros hijos.

A continuación brindamos información respecto a la guía Docente presentada:

Propuesta didáctica para el abordaje

de la Educación Sexual en Educación Inicial y Primaria

El documento fue producido por el CEIP y Gurises Unidos, con apoyo de UNPFA (la agencia especializada de las Naciones Unidas que se dedica a patrocinar programas de política demográfica desde 1967, para controlar el crecimiento poblacional).

De esta forma, se da a los docentes una guía oficial para poder seguir el programa de educación sexual. Está hecha sobre la base de otras que habían levantado críticas y otros materiales empleados en la formación de los docentes que son acreditados como Referentes de Educación Sexual en cada institución educativa.

Consideramos positivo el intento de abordar la cuestión de la educación sexual, llenando en muchos casos un vacío en la medida en que la misma no se proporciona en la familia.

Pero cuestionamos, principalmente, dos puntos fundamentales:

1°) la propuesta viola la laicidad, porque propone ideas y modos de comportamientos que se basan en concepciones sobre la persona y la sexualidad que están en discusión -como se reconoce en la misma propuesta-, pero no se presentan las otras concepciones antropológicas, éticas y sociales;

2°) aunque se reconoce que la familia tiene un papel relevante, no se tiene en cuenta que “El cuidado y educación de los hijos para que éstos alcancen su plena capacidad corporal, intelectual y social, es un deber y un derecho de los padres” (artículo 41 de la Constitución). No se prevé que los padres puedan no compartir los modelos, valores y concepciones sobre la persona y la sexualidad de esta propuesta, y que, entonces, la escuela deba instrumentar la forma de que se propongan a los alumnos una visión antropológica y moral acorde, por quienes compartan esos valores, o por ellos mismos.[1]

Veamos algunos textos en los que se trata el papel de los padres:

  • “Es importante comunicar a las familias que la educación sexual es un derecho de los niños, niñas y adolescentes, por lo cual los padres, madres y/o referentes familiares no pueden permanecer indiferentes a dicho derecho, aun cuando no coincida con sus valores y creencias.” (p. 36, énfasis añadido)

  • “Cuando se abordan estos temas, muchos padres, madres y/o adultos/as referentes, se acercan a la institución a informarse, preguntar, cuestionar, acerca del espacio de trabajo generado por la institución, del contenido, de la forma de abordar estos temas. ¿Qué fue lo que le dijeron a mi hijo/a? ¿De qué estuvieron hablando? Esta situación, que muchas veces es vivida con incomodidad tanto por parte de las familias como por parte de los/as educadores/as, puede convertirse en una oportunidad de intercambio, de información, de tratamiento de estas temáticas con las familias y referentes adultos/as.

  • “Se debe tener presente que al trabajar con las familias acerca de la educación en sexualidad de los niñas, niños y adolescentes, se está abordando la propia sexualidad y educación sexual recibida, que en muchas ocasiones ha sido una educación sexual silenciada, generalmente el desafío planteado es no repetir ese modelo, y por el contrario, revertirlo.

  • “Lo mismo sucede en lo que respecta a lo que los y las referentes familiares piensan en torno a las características, roles y atributos correspondientes al ser mujer y varón, y esto repercute en la educación de sus hijos e hijas.

  • “Ser padres/madres y educar en sexualidad no quiere decir que deban ser profesionales en la temática y aunque lo sean, todos son portadores de saberes, creencias y prejuicios en relación a la sexualidad y al género y al tratarse de sus hijos/as están directamente implicados. (…)

  • “Muchas veces la ideología en materia de sexualidad de los/as que están a cargo de la crianza de los niños/as no concuerda con la de los técnicos que desde diferentes espacios, trabajan con ellos/as. Es importante ser respetuosos de los valores de cada familia pero sin dejar de lado el posicionamiento personal. Por otra parte cabe destacar que en lo que refiere al abordaje de estas temáticas, los/as profesionales se encuentran en un cruce de caminos entre la familia de los niños y niñas, y la institución.” (p. 37, énfasis añadido)

¿Qué ideas sobre el hombre y su sexualidad se transmiten?

Las que ya hemos señalado en notas previas:

  • “la sexualidad es una construcción social” (p. 11), con la que los varones han dominado a las mujeres, y los heterosexuales han dominado a los homosexuales, haciéndoles creer que, por tener un sexo biológico, “eran” varones o mujeres, que eso era lo “natural”;

  • y por lo tanto, el comportamiento acorde con esa “naturaleza” sería lo bueno y lo conveniente para la sociedad.

  • Pero uno no es naturalmente varón o mujer: el cuerpo, la genética, los órganos sexuales, las hormonas, la conformación del cerebro, la psiquis… no tienen ninguna relación con ser varón o mujer, y comportarse como varón o mujer. El cuerpo es algo moldeable; lo que determina qué es uno es lo que uno decida ser: esto es totalmente libre.

  • Por eso, para que los niños sean libres, deben decidir de modo totalmente libre (sin los prejuicios familiares, religiosos, éticos, etc.), qué quieren ser. Y no sólo se puede ser varón o mujer, como si eso fuera lo natural y, por tanto, lo normal: hay infinidad de variantes posibles, e incluso no hay por qué limitarse a una de ellas, porque limitaría la libertad: se ha de estar abierto a una exploración continua.

  • Esta sexualidad “construida socialmente”, mediante “estereotipos”, es lo que se denomina “género” (para diferenciarla -en las teorías menos radicales- del sexo biológico. Y debe ser “deconstruida” y “desnaturalizada”, para que cada uno pueda construir su propio género.[2]

“El sexo refiere a las características y diferencias genéticas, hormonales y anatómicas que distinguen al espectro de humanos en machos, hembras e intersexuales. Esta definición se encuentra actualmente en discusión, ya que han surgido corrientes de pensamiento que también conciben al sexo como una construcción social” (p. 12.

En nota a pie, se señala: Para profundizar en este tema se sugiere la lectura de Butler, J.: El Género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad).

“…en la medida que los roles de género son una construcción social….”, es plausible de ser re-inventado, de-construido, modificado y redefinido…”, “…pudiéndose incidir a través de la escuela en la deconstrucción de dichos modelos” (p. 13)

“Se ha de “desnaturalizar los modelos hegemónicos de género atribuidos a varones y mujeres.” (p.32)

“Los roles y estereotipos de género son una construcción cultural, producto de un determinado tiempo histórico por lo que no alcanza con una única instancia de trabajo en la clase para su problematización, sino que es necesario un abordaje sistemático para contribuir a desnaturalizarlos.” (p. 46)

  • Hay un derecho del niño a que no le inculquen un género, a deconstruir los estereotipos de género y construir su propio género. Así se les debe transmitir en las escuelas, desde los 3 años; y en 5° año de primaria deben hacer la “opción de género”.

“La escuela es el ámbito privilegiado para problematizar las diferentes creencias que poseen los niños y niñas acerca de la sexualidad, su cuerpo, la reproducción….(…) posibilita cuestionar los roles de género…” (p. 23)

  • Para ello, se le deben proponer los distintos posibles modelos como igualmente válidos:

  • en cuanto al comportamiento: modos diversos de obtener placer sexual en distintas partes del cuerpo, como un juego;

  • en cuanto a la orientación sexual: diversas tendencias a buscar el placer con personas de diferentes sexos;

  • en cuanto a la identidad de género: enseñándoles que no son varones o mujeres, sino lo que quieran ser.

“el uso de los órganos genitales y demás zonas erógenas en diversas prácticas sexo-genitales (no sólo las coitales) que pueden expresarse en solitario o en vínculo con una o más personas.” (p. 12).

En la “sexualidad infantil…”, “…los juegos sexuales de este período se basan en la enorme curiosidad y en la tendencia a imitar”. “En esta etapa de exploración es frecuente que los niños y niñas se masturben como forma de descubrir su propio cuerpo, lo que no es una conducta llamativa….” (p. 19).

“…muchas veces la interpretación de las diferentes conductas se realiza desde el lugar del adulto, reprimiéndose a menudo, comportamientos esperados para la edad” (p. 20).

  • El único criterio ético a tener en cuenta es la búsqueda del mayor placer y el respeto a la libertad sexual de los otros.

“Durante toda esta etapa niños y niñas desarrollan juegos sexuales, vinculados al descubrimiento y la exploración del propio cuerpo y del cuerpo de las y los demás, y la sexualidad. Son actividades que les dan placer y satisfacen su curiosidad. Los mismos varían de acuerdo a cada edad, pueden ir desde jugar al doctor o doctora, a las novias y los novios, a las mamás y los papás, al cuarto oscuro, o bien mostrase desnudas/os, o enseñarse los genitales. Se trata de un juego; pues hay acuerdo y reglas entre los niños y las niñas respecto al cómo, dónde y cuándo jugar o dejar de hacerlo. Es importante tener presente que cuando no hay acuerdo ni reglas puestas en común, produciéndose relaciones de sometimiento ya no es un juego. Es una situación abusiva y de ejercicio del poder de uno sobre otro.” (p. 20)

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